Buenas Tardes, hoy os presentaré mi humilde interpretación práctica de un artículo recientemente publicado y que creo que puede contribuir al trabajo práctico de muchos profesionales del ejercicio a la hora de trabajar la corrección postural en las personas.
El artículo en cuestión es:
“Trunk Orientation, Stability, and Quadrupedalism” Y. P. Ivanenko, W. G. Wright, R. J. St George, and V. S. Gurfinkel. Front Neurol. 2013; 4: 20.
Enlace: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3596858/
¿Te has fijado que todos tendemos con la edad a adoptar una posición de cuadrupedia similar a la de los monos? Seguro que sí, y no solo eso, en presencia de patologías que causan una interacción de diferentes factores físicos como el deterioro cerebeloso, alteración vestibular, deterioro cognitivo o inestabilidad dinámica durante la marcha en bipedestación, junto a factores psicológicos y sociales (Tan, 2010) la aparición de un patrón de tendencia a la postura de cuadrupedia en la morfisiología humana es evidente. Pero, ¿Somos capaces de alterar la postura de nuestro cuerpo en función de las demandas de movimiento que le exijamos? Y en caso de ser así, ¿Podría existir un control consciente de la postura?
En la prescripción de ejercicio físico se ha puesto muy de moda la modificación postural para evitar descompensaciones músculo-esqueléticas que generen lesiones. Todos entrenamos buscando una reacción consciente de nuestro cliente sobre su postura, prescribimos ejercicios para su corrección e integramos mucha cantidad de información multidisciplinar para dar sentido a cadenas musculares, tejido miofascial, compensaciones biomecánicas, etc. Lo cual, ya adelanto que es parte del camino, la formación multidisciplinar.
En este sentido, en varios foros he explicado que el cuerpo humano es una de las máquinas mejor diseñadas y con más “sentido común” que existe sobre la faz de la tierra. Además el JEFE, nuestro cerebro, es una auténtica máquina capaz de adaptar nuestras respuestas a todo tipo de patologías, él “no entiende de músculos, entiende de movimientos” y no sabe si estamos entrenando o corriendo delante de un León para sobrevivir.
A grandes rasgos, para por ejemplo lograr mantener el patrón de marcha como patrón básico de desplazamiento, el sistema nervioso central es capaz de adaptarse de una manera sorprendente (yo diría hasta sobrecogedora) a la aparición de patologías y/o descompensaciones músculo-esqueléticas como las que podemos encontrarnos en nuestros clientes o en nosotros mismos como entrenadores, pero es difícil distinguir en todos estos casos lo que proviene principalmente de la patología y lo que viene de los mecanismos de compensación generados en el sistema nervioso central para poder seguir manteniendo activo el patrón de marcha. El caso es que, a grandes rasgos, la persona va a tender en todo momento a seguir caminando y ejecutando el patrón motor de marcha.
La postura humana en bipedestación podría considerarse otro patrón de control del cuerpo tan automatizado como el de la marcha, fruto del mantenimiento adecuado de tono postural de los músculos esqueléticos y efecto directo de la evolución. Para los que lo desconozcan, el tono postural es una tensión inconsciente, de baja amplitud, de larga duración muscular distribuidos en un patrón específico a lo largo de todo el eje del cuerpo (Ivanenko, 2013). La postura nos permite por ejemplo estar de pie o sentados sin desequilibrarnos.
Existe una gran cantidad de estudios, opiniones y conocimiento en torno al tema de la postura humana (es interesante leer a Pérennou (2012)). Podemos conocer mucho más sobre la postura si estudiamos la participación del reflejo de estiramiento (teniendo en cuenta el papel de Ia y II aferentes), la base de sustentación del cuerpo y su capacidad reactiva, el sistema vestibular y los reflejos tónicos del cuello, los reflejos extensores, el papel de la visión, los marcos de referencia, los mecanismos anticipatorios, el esquema corporal, el papel de las estructuras de la columna vertebral y aquellos aspectos supraespinales y neuromoduladores que relacionan todo ello con el cerebro. Por supuesto sin olvidar otros muchos factores que contribuyen a la distribución del tono postural (Ivanenko, 2013).
Pero en realidad y desde el punto de vista de la neurofisiología, ¿cómo narices se consiguen regular todos estos factores para dar como resultado una postura adecuada? Sería interesante conocerlo sobre todo por saber CÓMO integrar tanto conocimiento multidisciplinar en la prescripción de ejercicio físico para su aplicación directa y sobre todo PARA QUÉ hacerlo, con qué criterio… especialmente cuando el objetivo sea la corrección postural…
En el reciente estudio que hoy presento de un gran investigador como es el Dr. Ivanenko del Laboratory of Neuromotor Physiology situado en Santa Lucia Foundation de Roma (Italia), se presenta además de todo lo relatado anteriormente, un caso de estudio de una mujer de 82 años de edad que tiene una patología mecánica denominada idiopática camptocormia [deriva de las palabras griegas: kamptos (doblar) y Kormos (tronco)] desde hace 20 años. Salvo por eso, la sujeto de estudio no presenta ningún cuadro de trastornos familiares similares ni alteraciones en su estado neurológico.
Se le realizaron varias pruebas posturales durante la marcha, entre ellas la perturbación de la superficie de apoyo y la aplicación de vibraciones en el tendón de Aquiles de ambos miembros inferiores. Sus respuestas posturales automáticas fueron normales y el control voluntario de la musculatura postural se mantuvo intacto, sin alteraciones patológicas (recordemos que la patología es puramente mecánica). Además la sujeto no tuvo ningún problema en percibir correctamente de manera subjetiva la vertical y la horizontal en el espacio.

“Trunk Orientation, Stability, and Quadrupedalism” Y. P. Ivanenko, W. G. Wright, R. J. St George, and V. S. Gurfinkel, Front Neurol. 2013; 4: 20. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3596858/
Si nos fijamos en la figura 2A, se puede apreciar como en postura de descanso y sin presencia de perturbaciones externas, el tronco se flexiona hacia delante, inicialmente a través de la columna vertebral, seguido por la pelvis. Con el paso del tiempo y el mantenimiento de la postura en bipedestación (2 minutos después) la parte superior del tronco presentaba un ángulo de flexión estable de 83 ° (DS = 8) con respecto a la vertical.
Sin embargo, a pesar de esta posición flexionada del tronco y el cambio relativo de posición de todos los segmentos del cuerpo, la proyección del centro de gravedad se mantuvo estable en la base de sustentación entre ambos pies, por lo que conseguía mantener el equilibrio (ya os dije que nuestro cerebro es un crack! Y si hay que mantener el equilibrio, se adapta y lo consigue sean cuales sean las condiciones – a no ser que éstas sean extremas y considere que es mejor perder el equilibrio-).
La explicación que el grupo del Dr. Ivanenko da al mantenimiento del equilibrio aún cambiando la postura corporal es la extensión sinérgica de las articulaciones del tobillo y de la rodilla resultando en un desplazamiento hacia detrás de la pelvis. Compensación mecánica para dar una respuesta fisiológica – Inicié el artículo explicando que la clave se encuentra en integrar conocimientos multidisciplinares, sobre todo si quieres saber PARA QUÉ haces lo que haces.-
Lo realmente curioso de todo el estudio y de donde todos debemos extraer reflexiones es que cuando se analizó la marcha bípeda hacia delante, la sujeto mostró flexión del tronco y los brazos caídos en hacia delante como es evidente que sucedería por su patología mecánica (flexión de tronco de 86º), sin embargo, para subir una escalera, la sujeto prefería subirla en cuadrupedia y si por el contrario, se le pedía que caminase hacia detrás o con paso lateral, el tronco de la sujeto permanecía erecto (Figura 2B).
El autor y su grupo discuten que esta diferencia en la postura al caminar hacia atrás y hacia los lados puede ocurrir debido a que estas dos formas de locomoción están menos automatizadas que caminar hacia delante (ya sea en bipedestación o en cuadrupedia).
Y claro, lo interesante del tema es que aun sufriendo una patología postural evidente (flexión de tronco hacia delante) la sujeto era capaz de alterar su patrón postural patológico (que mantiene desde hace más de 20 años) si la marcha la realizaba hacia detrás o hacia los lados.
El autor muestra a través de este ejemplo 3 conceptos que tienen que ver con el mantenimiento de la postura en humanos y que puede ayudarnos a reflexionar sobre cómo y para qué prescribimos un tipo de ejercicios u otros para la corrección postural de nuestros clientes, en azul mi humilde interpretación sobre el tema sujeta por supuesto a toda crítica constructiva que el lector quiera realizar:
- En la regulación de la postura humana participan dos sistemas de control diferentes – un sistema que proporciona el posicionamiento adecuado de los segmentos corporales (y con ello determina la propia postura que se adopta) – Necesidad de Conocimientos Biomecánicos- y una sistema que proporciona el equilibrio del cuerpo –Necesidad de Conocimientos Neurofisiológicos-.
- Algunas categorías de pacientes con trastornos de la postura son capaces de ponerse de pie y caminar en posición vertical, si se concentran en hacerlo (Ejercicios con Integración Sensorial Consciente: Utilizar los sentidos y hacerlo de manera consciente – propiocepción y el tacto, la visión y la audición).
- Las alteraciones en la postura y la marcha humana se relacionan principalmente con un sistema automático de control y en principio no estaría relacionado con un control voluntario del patrón. (No se pueden fijar posturas corporales de manera voluntaria, modificar la postura corporal es por tanto un proceso de integración involuntaria a medio-largo plazo que puede ser trabajada por los profesionales del ejercicio a través de:
I. Ejercicios que aporten estrategias de compensación músculo-esqueléticas a través del conocimiento de la anatomía y mecánica del cuerpo humano y su interacción con el ejercicio físico.
II. Ejercicios que sumen feedbacks conscientes a través de los sentidos para la mejora de la integración sensorio-motora involuntaria de la postura y el desplazamiento en el espacio.
Y acorde a la propuesta que realizo, el artículo concluye con que cualquier reflexión sobre la naturaleza de la adopción de posturas en “cuadrupedia” debe incluir una consideración de los mecanismos que determinan la elección de la postura habitual inconsciente.
Seguimos sumando… “Si lo entiendes, lo aprendes y si lo aprendes, lo aplicas”
Porque Moverte, te hace Independiente. Freedom & Flow.
Beatriz Crespo.
Reblogueó esto en Tu cuerpo, un todo..